Sociedad
Facundo Penayo: del calorón formoseño al frío antártico
A cargo de mantener operando los equipos y sistemas de los laboratorios de Base Marambio un formoseño de 24 años recibido de técnico en mecatrónica que hasta diciembre del año pasado vivía con su familia en Formosa capital, hoy ocupa una función clave en el continenete helado.

A la par de ser un nodo al que van y del que vienen helicópteros y aviones con suministros, equipos y personas que desempeñan o desempeñarán diversas tareas, la base Marambio es también un polo de investigación científica en la Antártida a través del Laboratorio Multidisciplinario de la Base Marambio, el otro edificio reconocible de ese emplazamiento debido a la cantidad de antenas y sensores montados en su terraza.
A cargo de mantener operando todos los equipos y sistemas de ese laboratorio se encuentra Facundo Penayo, un formoseño de 24 años recibido de técnico en mecatrónica -una rama de la ingeniería que combina mecánica, electrónica, Informática y la ingeniería de control- que hasta diciembre del año pasado vivía junto a sus padres y su hermano en la ciudad capital de su provincia natal. Y que cuenta con "orgullo" la foto que se sacó junto a Alberto Fernández durante la visita que el Presidente hizo en febrero pasado en el marco de las conmemoraciones por el 119º aniversario de la presencia ininterrumpida de Argentina en el continente blanco.

"Fue un gesto muy lindo de su parte -señaló Penayo a inicios de marzo sobre ese encuentro a un portal formoseño-. Creo que los próximos presidentes deberían replicar esta práctica, porque es un suelo que es parte de nuestro país y nuestro patrimonio".
Hoy, en diálogo con Télam, Penayo contó que desde principios de enero trabaja como encargado del Laboratorio Multidisciplinario de la Base Marambio.
"El día a día consiste en estar en el edificio del laboratorio para retransmitir los datos que producen los instrumentos instalados en Marambio hacia los servidores de los centros de investigación que los procesan en diferentes paísesFacundo Penayo
"Mis actividades consisten en el envío diario de los datos que recogen todos los instrumentos instalados aquí hacia centros de investigación en distintos lugares del mundo, asegurarme que todo esté funcionando y si por casualidad se presenta un desperfecto tratar de repararlo", detalló.
El técnico afirmó que "la mayoría de las investigaciones se concentran en temas de la atmósfera y la estratósfera, como una cooperación internacional que tenemos con el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial de España por la cual medimos ozono, dióxido de nitrógeno y otros gases en la estratósfera".
"También tenemos proyectos de sismología en colaboración con un instituto italiano para el que tenemos instalado un sismógrafo que registra los movimientos en la región y además hacemos mediaciones de radiación ultravioleta", agregó Penayo.
Y señaló: "En cooperación con Colombia, medimos gases del subsuelo como metano y otros gases comunes, la conductividad del suelo o su campo magnético, y junto a eso hay muchos proyectos de investigación que se desarrollan en esta base como la medición de rayos cósmicos".
Facundo Penayo: del calorón formoseño al frío antártico
— Agencia Télam (@AgenciaTelam) April 2, 2023
👉 Ocupa una función clave a cargo de mantener operando los equipos de los laboratorios de Base Marambio
✍ Julio Mosle, Corresponsalía Itinerante Sector Antártico Argentino https://t.co/c0erMGpcoVpic.twitter.com/8LJB3FVah8
El joven formoseño sostuvo que "el día a día consiste en estar en el edificio del laboratorio para retransmitir los datos que producen los instrumentos instalados en Marambio hacia los servidores de los centros de investigación que los procesan en diferentes países, todos los días también tengo que subir a la terraza para hacer limpieza y mantenimiento de todos los instrumentos porque acá hay mucho polvo y cuando nieva se puede acumular nieve o barro que afecte las mediciones o incluso dañe los equipos".
"Cada día se hacen los chequeos de cada equipo para verificar que funcionen bien, que registren los datos y que estos se envíen, en caso de que algo falle lo primero es intentar solucionarlo por software y si el problema persiste tengo que bajar el equipo de la terraza y revisarlo físicamente en el taller", agregó.
El joven formoseño apuntó que "la vida diaria en la Antártida depende mucho de la base en la que uno trabaja porque cada una tiene sus propias particularidades y costumbres, en Marambio tenemos horarios fijos de almuerzo y de cena y horarios libres de desayuno y merienda para acomodarlos a los horarios de las tareas de cada uno; disponemos de un gimnasio en el que coordinamos los horarios".
"Yo estaba en mi trabajo en la ciudad de Formosa y una compañera me mostró la convocatoria que buscaba técnicos para proyectos científicos en la Antártida y me anoté porque ví que cumplía con todos los requisitos, fui superando las diversas etapas de selección y gracias a Dios quedé"Facundo Penayo
"Los que venimos a pasar todo el año nos alojamos en la casa principal mientras que quienes vienen a hacer la campaña de verano van a la casa de emergencia, tenemos un calendario de turnos en los que todos los que vivimos acá tenemos los días que nos toca colaborar con la cocina y las tareas domésticas, y también los días que disponemos para poder darnos una ducha porque el agua es limitada", comentó.
El técnico recordó: "Yo estaba en mi trabajo en la ciudad de Formosa y una compañera me mostró la convocatoria que buscaba técnicos para proyectos científicos en la Antártida y me anoté porque ví que cumplía con todos los requisitos, fui superando las diversas etapas de selección y gracias a Dios quedé".

"Llegar un shock bastante jodido porque en Formosa todos los días tenés 40 grados y acá casi siempre son 0 grados cuando está lindo pero puede bajar hasta menos 20 grados, el primer día me bajé del Hércules todo cubierto de abrigo y sentía el frío igual; pero fui animándome a salir, dejando que me agarre el clima, me fui adaptando y ahora ya no se sufre tanto", completó.
La base Marambio se encuentra emplazada sobre la isla del mismo nombre en el mar de Weddell al noreste de la Península Antártica y tiene la capacidad de operar vuelos durante todo el año mientras las condiciones meteorológicas lo permitan.
El orgullo de la familia de Facundo
Ramón Penayo, padre de Facundo, un formoseño de 24 años que se recibió de técnico en Mecatrónica y trabaja desde principios de enero como encargado del Laboratorio Multidisciplinario de la base Marambio, remarcó que con su familia están muy "orgullosos de sus logros", mientras que su mamá Laura contó que "ni en sueños pensamos que él iba a vivir esta experiencia".
Ramón tiene 46 años es empleado público, vive en el barrio La Nueva Formosa de la capital formoseña junto su esposa Laura y su hijo Matías de 19 años quien presta servicios en el Regimiento de Infantería de Monte 29. Contó a Télam que Facundo recorrió varias escuelas primarias y "tenía la mala suerte que cada vez que se anotaba en una escuela, entraba en 'refacción'", comentó entre risas.
Los estudios secundarios los realizó en la Escuela Provincial de Educación Técnica N° 7, "conocida como la industrial", señaló Ramón, quien añadió: "Ahí empezó todo".
"Facundo quería estudiar Ingeniera en Sistemas, pero esa carrera estaba en Buenos Aires y en Resistencia (Chaco). Nosotros, por la situación economía, no podíamos mandarlo porque no podíamos costear los gastos, fue muy frustrante", subrayó.
Frente a esta realidad, "Facundo empezó a buscar carreras acá en Formosa, y leyendo e investigando encontró la de técnico Mecatrónica en el industrial, colegio donde había terminado su secundaria, así que fuimos a ver y arrancó", explicó Ramón. "Se recibió a los tres años y el último año fue al Polo Científico de Formosa, allí hizo la pasantía, vieron sus aptitudes y cualidades y le ofrecieron un contrato para trabajar con los proyectos que allí se realizan", dijo Ramón.
El Polo Científico está ubicado en un predio de 574 hectáreas a las afueras de la ciudad de Formosa y vincula la formación de técnicos en Mecatrónica y Desarrollo de Software, con empresas que crean los dispositivos para las ciudades del futuro. El desarrollo va, desde el combustible para plantas nucleares, hasta dispositivos de diagnóstico por imágenes.
Al respecto, Ramón subrayó que en el Polo le "renovaron el contrato y pudo conseguir trabajo en educación de la provincia, y fue ahí que una compañera de trabajo le comentó las investigaciones que se hacían en la Antártida".
"Él es un hombre sin fronteras", dijo emocionado, y fue desde ese momento "que comenzó la aventura por la Antártida".
Cuando Facundo fue seleccionado, su padre confesó: "Nosotros no queríamos, era todo nuevo, mucha incertidumbre, pero tuvo la suerte de poder ir". Por su parte Laura, sostuvo que "como padres, no caemos, me cuesta creer, pero como siempre digo ni en sueños teníamos pensado que a él iba a vivir esta experiencia".
"Cuando los vimos con el Presidente (Alberto Fernández), se nos infló el pecho, queremos que él siga creciendo", sostuvo. Con respecto al contacto que mantienen con Facundo, comentó que "hablamos con él una vez al día, ya que está muy ocupado".
En las charlas, "él nos dice que quiere volver, pero siempre le decimos que siga formándose y descubra nuevas experiencias, si puede ir más lejos mejor, ya que le gusta crecer. Finalmente afirmó que ahora es "como que lo acepte, me quedo más tranquila, lo sigo a través de sus estados de WhatsApp. Todos estamos muy contentos, jamás pensamos esto".