Cultura

01-02-2020 22:00 - Tendencias

Clubes de lectura: una nueva forma de encontrarse con los libros

Se trata de un circuito que se consolida como una herramienta para expandir la experiencia literaria más allá del punto final del texto. 

Por Emilia Racciatti
Por Emilia Racciatti
01-02-2020 | 22:00
Telam SE

Con una curaduría de libros seleccionados para leer a lo largo de un mes acompañados por mails semanales y el acercamiento a producciones de editoriales independientes, los clubes de lectura establecieron en los últimos tiempos un circuito que se consolida como una herramienta para difundir literatura y expandir la experiencia más allá del punto final del texto.

Sebastián Lidjiover, quien fue responsable de prensa de grandes editoriales, aseguró ser "fan de evitar que el libro se asocie con lo erudito" y "un lector ingenuo, que se deja llevar allá donde el texto proponga", reveló que con esa impronta armó hace cuatro meses un club de lectura, con cuatro editoriales independientes, de las que surgió el nombre Carbono, distribuidora de Ediciones Godot, Gourmet Musical, Sigilo y Leteo.

"Cada mes elijo algún libro del catálogo de esas editoriales. Pienso en algo que pueda gustarle a la mayoría y que no sea muy extenso, para que lleguen bien con los tiempos. La propuesta también es que puedan acercarse a libros que quizás no hubieran elegido. Varias veces me agradecieron en los mails, que gracias al club de lectura llegaron a un libro que nunca hubieran conocido", destacó Lidijover a Télam, quien además es librero y está vinculado a la industria del sector.

La propuesta también es que puedan acercarse a libros que quizás no hubieran elegidoSebastián Lidjiover

Carbono cuenta con 3.300 suscriptores que reciben todos los domingos un mail de Lidijover en el que intenta "no hacer tanto foco en la trama de los libros, sino en proponer conexiones con otros textos y también en reflexionar acerca de qué es lo que hace que funcione eso que leemos".

Florencia Ure, que dirigió la comunicación de Planeta, Tusquets, El Ateneo y Penguin Random House, llevará a cabo, desde abril y junto al escritor Santiago Llach, un nuevo club de lectura en el que ya hablaron con las editoriales para conocer sus publicaciones y definir el cronograma de lecturas que irán proponiendo mes a mes.

El proyecto todavía no tiene nombre pero está decidido su funcionamiento: habrá un newsletter que podrá leer quien esté o no asociado al club y habrá una suscripción mensual que es equivalente al valor promedio del libro, a cambio de recibirlo a domicilio.

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"Vamos a hacer una guía de lectura para ese ejemplar y el newsletter va a contener el resto de las novedades que no elegimos pero que sí leímos. Eso es para todo el mundo, estés o no suscripto", explicó Ure.

Otro de los proyectos que plantea nuevos encuentros con la lectura es el de Rosario Pozo Gowland que comenzó con el posteo de lecturas en su cuenta de instagram y continuó con la consolidación de "Decime un libro", que hoy consta de un club de lectura.

La experiencia se realiza los terceros martes de cada mes por la noche con la publicación de un video en la cuenta de esa red social y mensajes que derivaron en diciembre en un encuentro presencial y un podcast semanal que produce con su hermano, con quien comentan lecturas y también entrevistan autores.

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PRIMERA PERSONA (2019) • Margarita García Robayo (colombiana) Crónica periodística 209 páginas 🙌🏼 _______________________ “La buena literatura –un concepto tan subjetivo que se restringe a la experiencia individual- no puede pasar desapercibida porque te explota en la cara”. Esto alega @margaritagarciarobayo en su libro Primera Persona, y paradójicamente es lo que sucede cuando se lee ese mismísimo libro: te explota en la cara. Si, coincido que es una experiencia subjetiva y que quizás solo a mí me “explotó en la cara” (lo dudo). Pero es que la maravillosa prosa de la escritora colombiana es simplemente superior, y se nota. Su escritura es sólida, lúcida y elocuente. Su cadencia es envolvente y tiene la capacidad de hacer del relato de cualquier tema, una pequeña obra maestra. Mientras rehúsa cualquier tipo de postura políticamente correcta y arremete con una acidez y una sinceridad sin pretensiones, las páginas pasan solas y no necesariamente porque sea trate de un libro “fácil”, sino porque por el contrario, su escritura y su voz permiten esa fluidez. Finalizar este libro es quedarse con esa sensación de vacío y melancolía que solo aquellos libros que realmente nos han atravesado, pueden generar. Temas como la familia, la maternidad, la pareja, lo femenino, la infancia y el sexo se entremezclan en relatos donde -acaso sin poder escapar a su origen e infancia-, sutilmente palpamos el realismo mágico de la costa colombiana, topándonos con resabios de elementos y personajes reales, pero con esa aura de fantásticos que personalmente, disfruté muchísimo. ¿Es buen augurio empezar el año leyendo un libro que te fascina? Espero (y quiero creer) que sí y que me espera un 2020 plagado de lecturas tan estimulantes como lo fue #PrimeraPersona. Solo decirles que no dejen de leer y deleitarse con cada oración, párrafo y relato de este fantástico libro. . . . #decimeunlibro #margaritagarciarobayo #queleer #mareaeditorial #bookstagram

Una publicación compartida de Rosario Pozo Gowland (@decimeunlibro) el


"Tengo grandes seguidores, se logró crear una comunidad a la que le apasiona la literatura. No dejo de sorprenderme por el cariño y la buena onda", expresó Pozo Gowland, que dijo sentirse cómoda con la definición de "bookstagramer" si se refiere a "alguien que tiene una cuenta en instagram con una cantidad de seguidores y que puede ejercer algún tipo de influencia y generar una comunidad de lectores".

Sobre estas nuevas formas de compartir lecturas, Lidijover señaló que "si bien la lectura es una experiencia individual, adquiere otro plano al ser compartida con más personas" y hace una comparación con lo que sucede en un cine.

"Ver una película en una sala vacía es una experiencia totalmente distinta a verla en una sala llena. La película es la misma, pero hay algo poderoso en sentir la compañía de cientos de personas que experimentan lo mismo que uno", sostuvo.

Ana Brandstadter, una de las impulsoras del club de lectura Bukku -una de las formas de decir libro en japonés- relató que cada mes envían a sus suscriptores una caja con el libro elegido, un señalador y un link a una playlist especialmente seleccionada por la autora o autor para acompañar la experiencia de la lectura.

Más de 1.200 personas de todo el país leen el mismo libro al mismo tiempo y un instagram funciona como punto de encuentro para intercambiar opinionesAna Brandstadter

"En el caso de Bukku se genera algo realmente muy interesante, ya que más de 1.200 personas de todo el país leen el mismo libro al mismo tiempo; con un instagram que funciona como punto de encuentro para intercambiar opiniones sobre el libro del mes, y así pueden conocer a la editorial y a los autores, que cuentan cómo fue su proceso de escritura", generando lo que considera "un intercambio y una cierta mística en torno a la lectura", explicó.

Los suscriptores no se conocen personalmente, viven en diferentes lugares, trabajan de cosas distintas, tienen edades muy variadas, pero están haciendo una experiencia de lectura simultánea que, según Brandstadter, genera una propuesta de lectura que es a la vez individual y compartida, con dos interesantes ingredientes: "la federalización y el factor sorpresa", ya que los suscriptores no saben qué libro recibirán.

"Esto genera una magia que es realmente única, y que sumada al bajo costo de la suscripción (la caja termina costando lo mismo, o incluso menos, que comprar el libro en una librería), nos permitió lograr un gran porcentaje de fidelización y apego de nuestros suscriptores", indicó.

De esta manera, los libros encuentran nuevas formas de circulación en las que los ecos de la lectura se expanden hacia los correos electrónicos y las redes sociales para establecer comunidades de lectores que buscan compartir el sentido que encontraron en las páginas.

Una apuesta a difundir literatura en tiempos de crisis

Sebastián Lidjiover, Florencia Ure y Ana Brandstadter relatan cómo funciona esta propuesta para acercar a los lectores a las editoriales y cómo pensaron las formas de seguimiento de un libro en una coyuntura en la que cada vez hay menos espacios para difundir literatura en los medios.

"Las editoriales festejan porque la crisis es fuerte. Así que si pueden sumar ejemplares a los vendidos en librerías, mejor. Nuestra idea es ir rotando las editoriales de modo que nuestros suscriptores tengan un panorama de lo que se va editando en Argentina. Iremos seleccionando lo que consideramos como lo mejor de cada una, para conformar lo que sería una biblioteca ideal", expresó Ure.

En ese sentido, explicó que "la ficción en general se vende poco, entonces las tiradas son pequeñas. Depende de si la editorial es grande o independiente pero se imprimen entre 500 y 1500 ejemplares así que hay libros de ficción que son muy difíciles de conseguir. No es tan fácil el circuito editorial".

"El club del libro te permite acceder a libros que quizás no son tan fáciles de conseguir. No hay tantas librerías literarias que cuiden la literatura, que tengan todo el catálogo, quedan muy pocas por espacio, entonces esto les parece bien a las editoriales porque es un modo de acceder a lectores que quizás no tienen fácil acceso al libro de ficción que lanzan", agregó.

Para Ure, "como los libros de ficción tienen tiradas pequeñas, no están tan acompañadas, no tienen tantos libros para hacer prensa, muchas veces son lanzamientos que pasan desapercibidos y depende de cuan mediático es el autor. Todo esto hace que sea muy difícil difundir estos títulos y hay lanzamientos que se pierden".

De todas maneras, considera que "la buena literatura se sigue vendiendo" en un panorama en el que "las cantidades son totalmente diferentes a las de unos años, ya que se achicaron las tiradas y en la prensa cada vez hay menos lugares donde difundir libros pero cuando uno descolla y asoma la cabeza entre el resto, se vende".

Lidijover advierte que Club Carbono "no es algo que nació por la crisis, pero en este contexto hay que ser creativos para lograr mayor difusión" y asegura que invita también "a detenerse cada tanto a pensar hacia dónde y por qué tipos de camino estamos yendo" porque "es por ahí por donde hay que ir para lograr una mayor difusión del libro".

Ana Brandstadter, responsable de Bukku, explicó que hacen la curaduría de los libros anticipándose a las novedades editoriales para enviar los libros en el mes de su lanzamiento o en el mes posterior apostando "a los nuevos autores contemporáneos con un estilo fresco y una voz propia fuerte y novedosa".

"Trabajamos principalmente con editoriales independientes argentinas: la idea inicial de Bukku fue generar un puente entre estas editoriales y los lectores. Veíamos que a las editoriales chicas o medianas se les dificultaba mucho la difusión de sus libros, les costaba entrar en el circuito más comercial o llegar a diferentes puntos del país", señala.

"A su vez -continúa- entendíamos que muchos lectores no sabían qué leer, no estaban pudiendo acceder a los lanzamientos más novedosos: por eso nos propusimos ser intermediarios y unir las dos puntas de la cadena. Al seleccionar los libros, tenemos en cuenta estas particularidades e intentamos colaborar en la difusión de las nuevas voces literarias del país", sostiene Brandstadter.

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