Las Naciones Unidas pusieron fin a una misión de paz de quince años en Haití, pese a la convulsión en la que está hundido el país caribeño por la violencia de las protestas que exigen la renuncia del presidente, Jovenel Moise.

El organismo internacional instaló misión de paz (Minustah) en 2004, una operación que fue sucedida en 2017 por la Minujusth, cuya vigencia terminó este martes después de haber sido extendida por una prórroga de seis meses en abril.

La salida de la ONU se concreta en momentos en que Haití entra en su quinta semana consecutiva de protestas contra la figura del presidente Moise, quien desde marzo pasado no puede formar un gobierno efectivo por los constantes bloqueos del Parlamento.

Muchas de esas protestas derivaron en saqueos, otros actos vandálicos y muertes, en medio de la hambruna, la falta de combustibles, la corrupción y la inseguridad en la que se desenvuelve unos los países más pobres del mundo.