Cultura

29-08-2016 10:35 - educación

Un libro propone derribar prejuicios y criar niños con vínculos más igualitarios

"#Ni una menos. Desde los primeros años" es el título de una recopilación de abordajes con perspectiva de género para pensar infancias más libres, a partir de breves ensayos que reflexionan sobre prácticas educativas instaladas o estereotipos reproducidos en grandes industrias culturales, con la propuesta de trazar en conjunto ideas para derribar prejuicios y criar niños con ví­nculos más igualitarios.

Telam SE
29-08-2016 | 10:35


Se trata de una coedición a cargo de Las Juanas Editoras y Chirimbote, dos sellos autogestivos que creen que los libros son territorios donde disputar los sentidos que se traducen en relaciones de poder entre varones, mujeres y otras identidades. Lo que buscan desde sus páginas es promover mundos más justos y con menos estereotipos. Y pensar cómo educar niños y niñas en relaciones más igualitarias es un primer paso.

Como escribe en el libro Cecilia Merchán, del Colectivo Las Juanas, compiladora de la publicación junto a Nadia Fink, "no es posible considerar que se puede propiciar una sociedad más justa y, por lo tanto, más libre, involucrándonos sólo por la igualdad entre los géneros si no trabajamos firmemente contra toda la desigualdad social. Pero tampoco es posible actuar por la justicia social sin tener en cuenta y pelear simultáneamente por la igualdad de oportunidades entre los géneros".

"#Ni una menos. Desde los primeros años. Educación en géneros para infancias libres" -disponible en librerías o a través de los Facebook de cada sello- recupera así una edición anterior que publicó Las Juanas con el título "Equis. La igualdad y la diversidad de género desde los primeros años" y que ahora reeditan en conjunto en una versión ampliada con nuevos abordajes en sintonía con discusiones más actuales.

La primera edición de este compendio nació al calor de la Ley de Matrimonio Igualitario y las discusiones en torno a los diversos modelos de familia que permitía dicha legislación. Sin perder de vista esa huella, la nueva edición retoma además los debates más contemporáneos sobre derechos y desigualdades, como la violencia de género (de ahí su título "#Ni una menos").

Y lo hace a partir de un arcoiris de enfoques que invitan a reflexionar sobre "cómo educar desde una perspectiva de género desde la infancia, porque creemos que se puede revertir y empezar a pensar esto desde otros lugares", dice a Télam Nadia Fink, de Chirimbote, la editorial responsable de las colecciones infantiles de antiprincesas y antihéroes.

De ese modo, el libro reúne una decena de textos que despliegan ópticas académicas -antropologí­a, sociologí­a, educación o psicología-, así como también textos en clave más personal de quienes atravesaron las lógicas de poder con infancias trans u homosexuales, como los relatos de Susana Pita, Alan Otto Pietro y Carolina Unrein.

Desde la antropología Mónica Tarducci y Marcelo Zelarallán desarman qué es el concepto de género, el patriarcado y acercan herramientas para comprender cómo se ha definido la diferencia sexual, mientras que desde la psicología Josefina Isnardi y Mariana Torres Cárdenas desandan la construcción de la identidad de género y la constitución subjetiva de la identidad.

Por su parte, Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, aborda cómo los procesos educativos hablan de sexo-género; Marcela A. País Andrade se ocupa de los juegos y los juguetes en tanto formas de aprendizaje y socialización que producen subjetividades; y Virginia Negrete, M. de las Mercedes de Isla e Irene R. de Isla recorren la construcción histórica de la infancia y sus particularidades en Argentina.

A su turno, Merchán se refiere a la experiencia de crecer libres, los avances y desafíos, y Nadia Fink revisa algunas cuestiones que dominan la industria cultural infantil, a partir de un análisis en el cine, donde si bien el enfoque de género empezó a meterse por las rendijas del entretenimiento todavía se perciben ciertas constantes "inalterables".

-Télam: ¿Se ha incorporado la perspectiva de género en la literatura o el cine?

-Fink: Yo creo que hay intentos de cambiar, que la perspectiva a veces se da, sobre todo desde hace algunos años cuando el tema se empezó a poner más en la mesa, cuando la violencia dejó de ser algo doméstico para ser una lucha reivindicativa. En el caso de Disney, que es algo masivo en la infancia, hay films en el que no están solamente esas princesas que esperan. Por ejemplo Merida de "Valiente" lucha por su propia libertad con el arco y la flecha, y Fiona de "Shrek" decide quedarse ogra, lo cual no es una elección menor en este contexto de la imagen de la mujer estéticamente 90-60-90.
Pero también hay muchas constantes que se mantienen: a pesar de que las mujeres buscan ser más libres, trascender y tener otras formas de desarrollarse se mantienen ciertos moldes, donde la princesa si es latinoamericana le van a poner un color tostado o si es china les van a rasgar los ojos. El molde y la serie sigue presente. Y también la realeza inalterable: ser princesa, ser futura reina, estar dentro de un castillo y tener padres reyes. Por eso, empezar a profundizar en esos análisis nos sirven para pensar qué otras cosas podemos ofrecerles a niños y niñas.

-T: En ese sentido, el libro más bien abre preguntas, ¿fue la idea?

-F: El desafío es plantear debates y cuestionamientos que van, por ejemplo, desde la educación y la vigencia del Programa Nacional de Educación Sexual hasta pensar en qué juguetes o qué películas, qué historias, qué ropa o qué colores circulan en la infancia. Y pensar cómo esto de los géneros sigue estando muy sectorizado a pesar de los avances.
Creemos que las respuestas van a ir surgiendo de la práctica misma. Ambos colectivos coincidimos que el tema del género es profundamente popular, no es algo que planteamos desde la teoría sino que lo desarrollamos desde lo que vemos en lo cotidiano. Y por eso recuperamos esta multiplicidad de voces para ampliar miradas y a la vez poder hacernos preguntas distintas. Pensar, sin ánimo de soberbia, otras formas de vivir la infancia.

-T: El título desprende la idea de que también los estereotipos son formas de violencia de género, ¿qué significa esto?

-F: Los estereotipos cumplen una función importante y son muy invisibilizados porque plantean "lo natural" de las cosas, es decir, que son así y cambiarlas implica trascender los límites de una sociedad y una cultura.
Con estos textos vemos que la identidad de género es algo que definimos en el trascurso de la vida y que definiciones tajantes sobre cómo ser mujer o ser varón restringen la posibilidad de desarrollo de una identidad propia. La infancia es un lugar donde se está todo por hacer, un lugar para descubrir desde lo sexual hasta el género, la identidad misma. Lo estereotipos lo único que hacen es restringir esas posibilidades.

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