Cultura

25-01-2016 15:01 - "El hombre de los lobos"

Uno de los sueños más importantes de la historia del psicoanálisis, ahora en novela gráfica

El hombre de los lobos, uno de los sueños más importantes de la historia del psicoanálisis moderno y un texto fundacional de Sigmund Freud, clave en las teorías sobre el desarrollo psicosexual, aparece en Argentina en formato de novela gráfica, un trabajo artístico del escritor canadiense Richard Appignanesi y la ilustradora polaca Slawa Harasymowicz, quien sostuvo que explorar la perturbadora pesadilla y fuente de neurosis del joven aristócrata ruso, Sergei Pankejeff, fue "una experiencia personal, activa, subjetiva e íntima". 

Por Leticia Pogoriles
Por Leticia Pogoriles
25-01-2016 | 15:01
Telam SE
Viena 1910, una Europa al borde de la guerra y una revolución que se siente en el aire es el contexto en el que un joven aristócrata ruso, Sergei Pankejeff, llega hasta el consultorio de Sigmund Freud para desentrañar su depresión y una neurosis paralizante. "Este caso se relaciona con un joven cuya salud se quebró a los dieciocho años", escribe el psicoanalista en Historia de una neurosis infantil, texto en el que se basa esta novela gráfica. 

Freud, entonces, se centra en el sueño infantil de Pankejeff quien ve una manada de lobos blancos que habitan en un nogal al lado de la ventana de su cuarto, una interpretación con la que se ganará el apodo "El Hombre Lobo" ("Wolf Man"). 

Pero, además, es el puntapié para desentrañar el origen de la neurosis, dando lugar a un texto clásico ahora reinterpretado en una novela gráfica potente que sirve como acercamiento -científico y artístico- al detallado estudio que reunió a los principales aspectos de la catarsis, el inconsciente, la sexualidad y análisis de los sueños, pero que también aporta, ahora, un universo visual propio, que llega de la mano de la reconocida artista polaca. 

"Siempre es de noche en el inconsciente", le explica un resuelto Freud a su atribulado paciente para comenzar su tratamiento. Pero, en la novela, la dupla creativa sigue el curso de la vida de Pankejeff, creada con una densidad gráfica intensa que publica Ediciones De la Flor en Argentina. 

"El mayor reto en la representación de la historia de Freud era crear una narrativa de realidad, sueño, memoria y hecho, que pareciera estar a punto de colapsar y, sin embargo, de alguna manera, no lo hace, y resulta muy seductora, al igual que el Hombre Lobo y su estado mental", cuenta Harasymowicz que explora gráficamente ideas de repetición y reelaboración de imágenes en este trabajo que vio la luz en su idioma original, el inglés, en 2012. 

"Comenzamos a charlar con la editora Emma Hayley sobre la posibilidad de trabajar con casos de pacientes de Freud en formato de novela gráfica. Elegí a El hombre de los lobos. Me parecía una historia muy visual y, a medida que iba leyendo el texto de Freud, era como una obra de ficción, tenía intriga y estaba escrita de forma elegante. Eso me entusiasmo. Al menos parecía ser una elección segura.... en el sentido de que emocionalmente no parecía tener nada que ver conmigo", confiesa a Télam desde Londres la ilustradora polaca quien admite que "al principio no estaba al tanto del estatus de culto de este estudio". 

Aunque trabajaron en forma separada, Appignanesi -creador de la serie "Libros para principiantes"- y Slawa Harasymowicz llegaron a una fórmula visual y conceptual única que rescata artísticamente uno de los sueños más famosos de la historia. 
En diálogo con Télam, la artista cuenta que "esta fue mi primera novela gráfica, así que mi enfoque no era el de un artista de cómics con experiencia. Me interesaba mucha más lo visual y lo intuitivo -suelo trabajar jugando con no mostrar, dejando brechas, ausencias- así que aquí mi objetivo también era sugerir más que 'mostrar' con un enfoque de cámara psíquica". 

"Reconozco -continúa- que la tensión entre las demandas del relato (donde necesitás que aparezca esa persona que entra caminando a un cuarto y se sienta, en vez de dar atisbos de las cosas) y lo 'visual' al principio fue un poco frustrante. Pero esa tensión también estaba presente, de todas formas, a lo largo de la vida del Hombre Lobo. Así que la pregunta que comencé a hacerme era ¿cuánto es lo menos que puedo mostrar para que los lectores comprendan que se pueden situar en la historia?". 

Telam SE


Lúcida, profunda y multipremiada por sus trabajos de ilustración, Harasymowicz explica desde la capital británica donde vive desde 1998, el proceso artístico para dar vida nuevamente a Freud, Pankejeff y el núcleo de la neurosis. 

"Trabajé con fragmentación -pedazos de imágenes, escenas, momentos, mezclando dibujos y collages- como si fuera ubicando con soltura trozos de memoria o de un sueño, donde cada elemento particular pudiera aparecer de forma concreta y específica, aislados y sin cobrar inmediatamente sentido como parte del 'contexto'". 

"La sensación -admite embebida en el texto- era de estar intentando fijar un cierto sentido a los objetos, las caras. Quizás esto sea parecido al psicoanálisis y el tener que excavar en el inconsciente". 

La artista, reconocida por trabajar con temas como la memoria, la identidad y la historia, sostiene que "quería tener la sensación de que las páginas no eran del todo fijas, ni planas, que el relato se mantuviera frágil, al borde del colapso. Esto se refleja en mi decisión de usar collage. Y a su vez refleja el estado de fragmentación mental del Hombre Lobo". 

Pero previo al craneado de ese armado creativo, Harasymowicz tuvo que documentarse y sobre eso concede que "se pareció un poco a formar parte de un gabinete de crisis: fotografiaba distintas versiones de las páginas, creaba constantemente carpetas en mi computadora, ubicando materiales de referencia, reproducciones de dibujos. A la vez que intentaba separar esa montaña de papeles en cada vez más grandes grupos, y a su vez en cajas de mi estudio, que al menos fueran parcialmente relevantes".

"Siento que la verdadera documentación del libro y del proceso de trabajo con Pankejeff fue, de hecho, mi exhibición en el Museo Freud de Londres, que se hizo un poco después de que se publicara el libro", revela sobre la muestra a propósito del caso que exhibió en junio de 2012.

La exposición "Wolf Man" que combinaba una instalación con los dibujos se hizo en lo que era la habitación de Sigmund Freud. Allí, la artista redistribuyó los dibujos y collages. "Todos esos elementos narrativos para que de cierta forma revelaran una arqueología del trabajo de Freud, de los sueños del Hombre Lobo y de mis propios sueños...", reconoce. 

En esa muestra, recuerda Slawa, "hubo objetos y obras claves como una pintura hecha por el propio Hombre Lobo -que se puede ver en la novela- o su máscara mortuoria, que prestó el Museo. Además de mis propios dibujos y papeles. Estos objetos crearon sus propias tensiones y narraciones, parecía un cerebro que examina y olvida las cosas en simultáneo. Además, la hermana, la mujer y la madre del Hombre Lobo fueron representadas simbólicamente como sombras de mujeres y niñas, figuras de fondo que aparecen en el mundo de obsesión consigo mismo que hizo Pankejeff". 

Además de la obra 'in situ' de ese mundo psi que recreó Harasymowicz, el libro es la tangible muestra de una revelación mental y sus revisitas. "Este fue y es un trabajo de una importancia enorme. A nivel personal, lo veo como un proyecto en dos partes, o veo al libro y la exposición como dos partes iguales de un mismo trabajo. Por un lado, el libro que es una experiencia personal, activa, subjetiva e íntima y, por otro, una narración vista como una instalación. Esta dualidad es algo que me interesa mucho".

"Creo que el libro es la parte que ojalá continúe existiendo y se lea, pero la muestra fue clave para mí porque me permitió mostrar una reacción absolutamente personal hacia la historia y del par de años que pasé cerca de la pesadilla del Hombre Lobo", concluye.

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