Internacional
La huida de miles de refugiados kurdos de ataques yihadistas genera crisis en la frontera
La situación humanitaria en la frontera turca con Siria está alcanzando niveles alarmantes debido al avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI), lo que provocó no sólo el cierre del paso fronterizo para evitar el ingreso de más kurdos que intentan huir de su país, sino también enfrentamientos y heridos.
De acuerdo al testimonio de refugiados sirios citados hoy por la emisora NTV, tropas del EI ya se encuentran a tan sólo cinco kilómetros de la frontera turca. Esos testimonios dan cuenta también de que se escuchan con nitidez disparos de artillería.
Por tal razón, miles de vehículos se alinean hoy en el lado sirio de la frontera, abandonado por las miles de familias kurdas de Siria que huyen hacia el norte, informó por su parte la agencia de noticias EFE.
Los refugiados pidieron a las autoridades turcas poder cruzar la frontera con sus coches, algo que, por el momento, se les ha denegado.
Según la cifra dada a conocer por Melissa Fleming, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), son 100 mil los kurdos que ya huyeron a Turquía, en gran parte mujeres y niños.
Sin embargo, el viceprimer ministro de Turquía, Numan Kurtulmus, afirmó que los refugiados ya superan los 130.000 y advirtió que su país se prepara para la llegada de más kurdos, ya que unas 450.000 personas viven en la región alrededor de la ciudad de Kobani.
Kobani es uno de los principales enclaves kurdos en Siria y desde el pasado martes es objeto de una ofensiva de los yihadistas, que ya tomaron el control de más de 100 localidades de sus alrededores.
Los kurdos sirios se concentran sobre todo en la provincia de Al Hasaka y en las regiones de Afrin y Kobani, también conocida como Ain Arab, así como en Alepo, y suponen el nueve por ciento de la población.
Los kurdos en el sur de Turquía y el norte de Siria han mantenido siempre una estrecha relación a través de una frontera que solía ser porosa, pero que ahora ha sido reforzada e impermeabilizada por las autoridades turcas, un gesto que los kurdos consideran hostil porque aísla a sus comunidades en Siria.
Turquía abrió el viernes ocho improvisados pasos en la alambrada que separa los dos países, pero no desbloqueó el paso fronterizo oficial de Mursitpinar.
Desde ayer ya sólo funcionan dos puntos de cruce en la alambrada, y la entrada se hace de forma más ordenada, con registros uno por uno de los refugiados, a diferencia de la avalancha de los primeros días, aseguró Kurtulmus.
El funcionario señaló que gran parte de los refugiados se aloja con familiares en la propia zona fronteriza y que otros fueron trasladados a lugares más alejados.
Sin embargo no todo está bajo control. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, denunció hoy que las autoridades turcas están obstaculizando la entrada de enfermos y heridos que huyeron de Siria a su territorio, lo que se suma a los enfrentamientos registrados ayer entre refugiados y autoridades turcas y que provocaron varios heridos.
Por otro lado, esta ONG indicó que unos 5.000 refugiados sirios que habían escapado al territorio turco desde Kobani, debieron regresar en las últimas 24 horas por las "malas condiciones que encontraron en Turquía".
Nurettin Demir, diputado turco del partido opositor CHP, quien visitó ayer la frontera, pintó también un panorama de la situación extrema que se está viviendo.
"La gente no viene sola: trae sus rebaños, ya que necesitan a los animales para sobrevivir. Muchas personas tienen problemas de salud y habría que enviar unidades médicas móviles, también habría que distribuir comida a los que están esperando para entrar en Turquía", opinó el diputado.
Las autoridades turcas ya abrieron un campamento provisional para 10.000 personas, mientras que los más vulnerables fueron enviados a algunos de los 22 campamentos ya establecidos, mejor equipados, señalaron ayer a EFE fuentes del ACNUR.
El EI proclamó un califato el pasado 29 de junio en los territorios de Siria e Irak que controla, instaurando la versión más dura del Islam para quienes no profesen esa religión e incluso para quienes no lo hagan de acuerdo a la doctrina sunnita.
Desde entonces, las persecuciones, torturas y ejecuciones hacia chiitas, kurdos y cristianos se volvieron moneda corriente y como respuesta a la operación militar en su contra de varios países árabes y potencias occidentales, ya decapitaron a dos periodistas estadounidenses y a otro civil británico.