Cultura
18-06-2014 15:49 - poesía
Una historia familiar en tiempo de tango
En Tranvía 4, el poeta Gerardo Burton hace una relectura histórica en tiempo de tango sobre la vida de una familia, la suya, desde la llegada de sus ancestros europeos al puerto de Buenos Aires a finales del siglo XIX, a través de versos que retratan los acontecimientos políticos que marcaron a nuestro país.

"A lo mejor/ es cierto/ y el viejo john/ vivió en colonia/ hasta un/ mal negocio/ casi somos/ orientales/ john burton/ quiso sus/ días de ocio/ pero cubrió/ la tierra de hijas/ y un tardío/ varoncito", comienza la primera parte del libro de Burton, Fundaciones.
Gerardo Burton (Buenos Aires, 1951) es poeta y periodista. Reside en Neuquén desde 1986. Es autor de los libros: Poemas iniciales, 18 poemas azules para María, Con la esperanza delante, Los juegos ocultos, Infierno sin umbral, Aire de penumbras y radiofotos.
Publicó, en ediciones artesanales, los libros 4 sonetos, Elegía clara, Voces cerca del cristo verde, Corazón perdido, Nunca un bolero, Endecha", Nube nueve y Linda y fatal. Tradujo textos del inglés y del francés, entre ellos la obra Aullido, de Allen Ginsberg. Forma parte del espacio Carta Abierta Neuquén, es editor de libros y estudia pintura.
"Mi idea era escribir una crónica de la historia de mi familia en la Argentina, tenía algunos testimonios de mi padre, mi madre, algún abuelo, referencias muy vagas; pero, como no soy novelista, no se me ocurría la forma del relato", cuenta Burton en diálogo con Télam.
Y explica: "Lo más común es ir a una novela, pienso en alguna de Griselda Gambaro sobre los inmigrantes que vinieron al país. Finalmente, la unidad se la dio el tango, me di cuenta que esa podía ser la atmósfera, porque, además de ser la música de la ciudad, permite hacer un soporte de toda la historia".
- Télam: ¿Cómo estructuraste los poemas?
- Burton: Me puse a investigar, por un lado, cómo eran los ambientes de Buenos Aires de esa época y, por el otro, la estructura del verso del tango; en eso me ayudó mucho Idea Vilariño, además de ser una de las más grandes poetas que hay en América, estudió el tango de una manera profunda. Leyendo sus textos me enteré de que el verso del tango es de cuatro o cinco sílabas, no de ocho, porque es lo que permite acompañar la música y hacer el corte. Ahí empecé a tararear tangos en mi cabeza y así se fue estructurando el libro, tenía algunos poemas previos y luego terminé los demás con este esquema, fue un trabajo largo, de años.
- T: ¿La política es un elemento central del libro?
- B: Creo que todo hecho artístico tiene impronta política. Este libro está atravesado por muchos acontecimientos del país. Me sorprende cómo el libro cierra algunos círculos sobre mi vida, cosas que no tenía bien claras, como, por ejemplo, estar caminando con mi abuelo por la ciudad el 16 de junio de 1955, el día de la Masacre de Plaza de Mayo.
- T: Por el abordaje de la ciudad de Buenos Aires a finales del siglo XIX, la presencia de los antepasados, y el rescate de lo marginal, parece haber una relación con el primer Borges y su Fervor de Buenos Aires (1923)...
- B: En uno de los primeros poemas del libro, Fundaciones, hay una clara alusión a Borges. Está presente. Lo que me interesaba era contar una historia que si no la escribía no iba a quedar en ningún lado, no había registro de los tanos de mi familia que tenían una pensión en el Abasto y una fábrica de chacinados; esas cosas no estaban en ningún lado, y yo quería escribirlas.
- T: En un momento del libro se menciona un dato novedoso: el paso por Buenos Aires de Sir Richard Francis Burton, autor de la célebre traducción al inglés de Las mil y una noches...
- B: Eso lo descubrí en un libro de historia de Buenos Aires. El tipo estuvo acá, en Retiro, casi simultáneamente con la llegada de mi abuelo, es realmente impresionante.