Sociedad
02-07-2013 15:13 - Salta
Una mujer salteña espera la resolución favorable de la Corte ante su pedido de ser colectivera
Mirtha Sisnero, la salteña que quiere ser colectivera, espera una resolución favorable de la Corte Suprema de Justicia en la causa que por discriminación de género encaró hace algunos años y que recibió un dictamen favorable de la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó.

La mujer, que destinó parte de su vivienda a una biblioteca popular a la que concurren los jóvenes de esa barriada y les sirve de contención, consideró que el dictamen de Gils Carbó "es muy importante para la sociedad".
"Mi inquietud comienza por buscar un trabajo cuando me estaba por divorciar. Es un camino que supongo que vivimos la mayoría de las mujeres que sufrimos el desmembramiento familiar, y una búsqueda por no perder el nivel de vida que llevábamos", señaló Sisnero.
La mujer explicó que le interesó el trabajo de chofer de colectivo por tratarse de una tarea "de ocho horas y un buen sueldo" y reveló que a la primera empresa a la que acudió fue Alto Molino, donde le dijeron que "tenía que tener una credencial" que la habilitara, "que no solo con el deseo y el anhelo no se conduce un colectivo".
"Tenemos fe en que la Corte Suprema nos va a acompañar porque es un derecho, algo que va a quedar para todo el país"Mirta Sisnero"Busqué una capacitación en forma particular. Luego hice mi currículum con el número de credencial y lo presenté en todas las empresas del transporte urbano en Salta", indicó, tras lo que afirmó: "los empresarios nunca me trataron mal, ni los jefes de personal".
Por el contrario, "siempre parecía que me protegían al decirme que es un ámbito de varones, con talleres y baños que no son para mujeres".
En este sentido, agregó que no sintió maltrato pero "nunca me llamaron de ninguna empresa, ni siquiera a dar una prueba", y a pesar de ello "nunca me cansé, no me rendí, seguí adelante como testaruda".
La mujer dijo que en Córdoba vio que "los trolebuses son conducidos solo por mujeres", a la vez que evaluó el hecho de que, en Salta, el transporte urbano esté manejado desde el estado, con subsidios, lo que le parecía una puerta de acceso al sistema.
"Nunca imaginé ir a la justicia ni que se formara un caso de esto", expresó Sisnero, a la vez que reveló que, al ver que ninguna empresa la llamaba, ni siquiera para hacerle una entrevista, "un poco triste" decidió escribir "una carta a lectores explicando todos los antecedentes".
Cuando esa carta salió "comenzaron a llamar los periodistas", y luego me convocaron desde el área de Derechos Humanos y del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), además de la fundación Entre Mujeres, que "me acompañaron desde el principio".
Además, en esa instancia se interesó en el caso la defensora oficial Natalia Buira, quien le expresó cuáles eran sus derechos y "comenzó a trabajar en la causa" por "discriminación de género".
"La doctora hizo lo mismo que yo. Desde la Defensoría mandó mi currículum a todas las empresas. Algunas ni siquiera lo recibieron. Así se formó el caso", que en 2009 logró un fallo favorable del juez provincial Mario D`Jallad, quien consideró válido el reclamo y ordenó a las transportistas que sus planteles de personal cuenten con un 30 por ciento de mujeres.
Pero una apelación de los empresarios del transporte en su conjunto, llevó la causa a la Corte de Justicia de Salta, que revocó el fallo de D`Jallad.
"Desafortunada y tristemente sale un fallo de la Corte de Salta, ni a favor ni en contra. Para mí fue triste porque las dos mujeres de la Corte firmaron en contra y el presidente, Guillermo Posadas, fue el único que vio la discriminación", explicó Sisnero.
"Encima de votar en negativo, nos bloquearon para ir a la Corte Suprema de Justicia y eso hace más difícil todo, la doctora Natalia Buira tuvo que entrar como queja a la Corte Suprema, pero igual llegó", agregó.
"Hoy se está trabajando mucho en la inclusión social en la Argentina. Eso es lo bueno que tiene este gobierno, y nosotros tenemos esperanzas en la resolución de la Corte Suprema, porque lo que buscamos es la inclusión real", insistió Sisnero, que trabaja de manera independiente y atiende un negocio.
Además, los fines de semana y los feriados se desempeña como asistente terapéutica, para lo que también debió capacitarse.
"Estuve 20 días conduciendo colectivos, en la empresa Taeb, gracias a un grupo del Foro de Mujeres de Salta y de la dueña de la compañía", sostuvo y detalló que hacía el trayecto interurbano entre Tartagal y Salvador Mazza.
"Ese fue mi contacto directo con la experiencia de ser colectivera y me encantó, siento un gran respeto por los colectiveros, sé que vuelan con el tiempo y que sufren exigencias de la empresa y de sus pasajeros", dijo Sisnero, que además de su lucha por la igualdad de género encaró otra pelea, por la Ley provincial de Bibliotecas Populares, recientemente sancionada en Salta.