
Los estudios más recientes del FMI ponen de relieve el elevado costo fiscal de la corrupción, que provoca una pérdida masiva de ingresos públicos y un gasto estatal de menor calidad.
El análisis del FMI concluye que un menor nivel de corrupción está asociado a un nivel más elevado de ingresos tributarios, con una diferencia de hasta 4 puntos porcentuales del PBI entre los países, mientras que también parece existir un vínculo entre una mejor gestión y puntuaciones académicas más altas y un gasto más eficiente en infraestructuras.
Estos nuevos análisis confirman lo que todos sospechamos desde hace tiempo: la corrupción reduce el crecimiento, aumenta la desigualdad y alimenta la desconfianza(FW)”
Christine Lagarde, al disertar en la Cámara de Comercio en Washington