La masacre de anoche en un bar de California es uno de los tiroteos masivos más mortíferos de las últimas dos décadas en Estados Unidos, y el más letal desde que 17 alumnos y maestros fueran asesinados en una escuela de Florida hace nueve meses.
El ataque, que coincide con una ola de violencia y crispación política que ha golpeado al país recientemente, llegó dos semanas después de que un hombre matara a 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh.
Ese hecho, a su vez, vino después de una serie de paquetes bomba enviados por correo a personalidades demócratas, a la cadena CNN y a otros críticos del presidente Donald Trump.