
En Bonito los visitantes pueden sumergirse en la naciente cristalina de los ríos Baia Bonita y Sucurí -conocidos acuarios naturales- para nadar junto a peces de colores, y también hacer paseos en boyas (un equivalente al culipatín, pero en el agua), o bajar a cavernas subterráneas para bucear luego de hacer un trecho del camino a rapel.

Aunque parezca una alternativa sólo para audaces, el público que viaja a Bonito es heterogéneo, con familias, parejas y grupos de amigos que tienen garantizada la aventura, con un menú que incluye rafting, flotación en pequeños lagos naturales, arborismo, cascadas, grutas y chapuzones en aguas cristalinas.